Domingo buenavidero

Los dos tomos de La Regenta me están mirando desde la cama. Me están llamado, los oigo, los escucho, pero no puedo evitar hacer otras cosas como por ejemplo... mmmm... ¿qué se me ocurre? ¿escuchar a La Buena Vida, quizás? Pues sí, señores, estoy grave, muy grave, de buenaviditis. Tendré que llamar al Doctor House, pero no, no me quiero curar. El detonador ha sido su single y el ZenTouch ayuda bastante. He llegado hoy a Barcelona a las 19.30h, y lo primero que he hecho ha sido enchufarme como una posesa al foro. Igual soy una adicta, quizás, pero he escrito y he apuntado, igual que lo estoy haciendo ahora, que estoy muy buenavidera. Y es fantástico, lo reconozco, porque eso significa, al menos para mí, estar de buen humor todo el día.

Fíjate la magnitud de todo esto que, en un vagón que olía a meo y a tabaco mal-fumado-entre-vagones iba yo con una sonrisa de oreja a oreja. He repasado los ya grandes éxitos de la banda y algunos temas imprescindibles de mi biografía (se puede llamar así?) y... la mujer más feliz del mundo. Si todo se pudiera arreglar con un poco de música...! que se lo digan a la ex de Jesulín, que pobrecita, la han pillado con las manos en la masa... Le vamos a hacer plas-plas en el culete, que esas cosas no se hacen...! ;)
Creo que no voy a volver a darle el play a La Mitad de Nuestras Vidas; cinco veces seguidas ya está bien, así que voy a cambiar el cd y voy a poner a Pauline en la Playa. Ya tengo Silabario, y lo he escuchado más bien poco, pero intuyo que lo voy a aborrecer de lo que me va a gustar.
Bueno, parece que todo va bien, no puede ir mejor...